Arquitectura pasiva: qué es

29/06/2023

En un mundo que es cada vez más consciente de las consecuencias negativas del cambio climático, la sostenibilidad se ha convertido en una necesidad a todos los niveles. En este escenario es en el que surge la arquitectura pasiva, que apuesta por la eficiencia energética y el confort.

Una forma de construir nos permite continuar con el desarrollo social y económico, a la vez que aprovechamos al máximo los limitados recursos naturales y se reduce la huella ambiental asociada a la construcción y al desarrollo de la vida personal y familiar.

Arquitectura pasiva

Orígenes de la arquitectura pasiva

Cuando el ser humano dejó de ser nómada y se instaló definitivamente en los diferentes territorios del planeta, comenzó a construir casas. Esas primeras y rudimentarias construcciones podrían ser calificadas como arquitectura pasiva, porque en ellas se aprovechaban al máximo los recursos naturales. Por ejemplo, recubrir las paredes con adobe para mantener una temperatura óptima dentro del recinto.

Con el paso del tiempo y la aparición de nuevas técnicas y materiales, la construcción dejó de ser tan sostenible, pero la tendencia está cambiando de nuevo.

Desde hace algunas décadas, la sostenibilidad y la eficiencia energética están ganando una gran importancia a nivel social, y esto ha llevado al establecimiento de unos estándares y certificaciones internacionales que reconocen cuándo un edificio ha sido construido conforme a criterios de eficiencia y sostenibilidad. Esto es lo que se conoce como estándar Passivhaus, que surgió en Alemania en la década de 1990.

El objetivo de esta forma de construcción es crear edificios que sean altamente eficientes desde el punto de vista energético, y que resulten confortables para sus usuarios.

¿Qué es una casa pasiva?

Si te interesa la arquitectura sostenible y te estás preguntando «¿por qué Ökohaus?« como alternativa para disfrutar de una vivienda que sea más amigable con el medioambiente, antes tienes que tener del todo claro qué es una casa pasiva.

En este caso nos estamos refiriendo a una casa que saca el máximo partido posible de las condiciones climáticas del lugar en el que se encuentra, intentando cubrir sus necesidades de energía para iluminación y climatización a través de los recursos naturales.

Por ejemplo, si construimos una casa con una orientación que le garantice el mayor número de horas posibles de luz cada día y, a la vez, evitamos que el calor penetre demasiado en el interior durante el verano, estamos siguiendo las directrices para tener una vivienda pasiva.

Otras formas de hacer una casa pasiva implican reforzar el aislante e instalar ventajas de calidad para reducir la necesidad de climatización.

El objetivo de una casa pasiva es lograr una alta eficiencia energética y un confort interior que sea óptimo durante todo el año, con un consumo de energía que sea notablemente menor al que hace una vivienda que no cumple con los estándares Passivhaus.

¿Cuáles son sus principios?

Luego veremos con más detalle algunos de los principios que han dado lugar a la arquitectura pasiva, pero antes conviene enumerar los criterios de diseño que están presentes en todos los inmuebles que buscan ser eficientes y sostenibles:

  • Aislamiento térmico de alta calidad.
  • Orientación del inmueble.
  • Hermeticidad del aire.
  • Reflectancia solar.
  • Protección solar.
  • Compacidad.
  • Inercia térmica.
  • Ventilación cruzada.
  • Control de la calidad del aire interior.

Con esto, se consigue la máxima reducción posible del consumo energético, sin que los habitantes de la casa tengan que renunciar en ningún caso al confort.

¿De dónde surge la arquitectura pasiva?

Este tipo de arquitectura se desarrolla a raíz de cinco principios básicos:

Aislamiento térmico de alta calidad

El aislamiento de estos inmuebles puede triplicar el que se aplica en los edificios construidos al estilo tradicional.

La elección y grosor de los materiales de aislamiento empleados depende mucho del lugar en el que esté la vivienda. En líneas generales, cuanto más gruesa sea la capa aislante, mejor protegido estará el edificio de la entrada de frío y calor.

Para conseguir un buen aislamiento, se debe trabajar en la fachada, los techos, los suelos y las ventanas, minimizando las fugas de temperatura.

Hermeticidad del aire

De nada sirve un buen aislamiento si hay ranuras por las que el calor se escapa. Por eso, el estándar Passivhaus le da una especial importancia al hermetismo de los edificios. El objetivo es reducir todo lo posible las filtraciones de aire no deseadas.

Ventilación controlada

Abrir las ventanas supone una pérdida de calor en invierno y de fresco en verano. En las casas pasivas el sistema de ventilación mecánica se encarga de filtrar el aire y ya no es necesario abrir las ventanas.

Ventanas y puertas de calidad

Las ventanas, las puertas, y sus marcos y vanos son un punto tradicional de entrada de corrientes y pérdida de temperatura interior. De ahí la importancia de las ventanas y puertas de calidad (y de hacer una buena instalación de las mismas) dentro de la arquitectura sostenible.

Reducción de puentes térmicos

Se busca crear una envolvente continua y eficiente para evitar las pérdidas de calor y mejorar con ello en confort interior.

¿Puedo convertir mi vivienda en una casa pasiva?

A través de obras de reforma y rehabilitación cualquier vivienda puede convertirse en una casa pasiva. Los ajustes se pueden realizar de una sola vez, o ir acometiéndose poco a poco.

Por ejemplo, renovar el aislante de la fachada de un edificio, usar pintura aislante térmica en el interior de la vivienda, renovar puertas y ventanas, mejorar el aislamiento de los revestimientos interiores, instalar toldos para evitar la entrada excesiva de sol en verano, etc.

 

La arquitectura pasiva nos permite disfrutar más de nuestras viviendas, con un mayor ahorro, y cuidando el medioambiente. Si quieres trabajar en este sector y mejorar la calidad de vida de las personas, ponte en contacto con nosotros.

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