Las casas para parcelas son una tendencia al alza porque cada vez hay más personas que prefieren disfrutar de su tiempo libre en un entorno tranquilo. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no se puede construir cualquier tipo de casa en una parcela rústica, esta debe cumplir una serie de condiciones.
¿Qué es el suelo rústico?
Tiene esta consideración aquel que está calificado por la ordenación territorial como no urbanizable y, por tanto, carece de servicios urbanísticos básicos como el agua o el alcantarillado.
Las parcelas que hay en este tipo de suelo se clasifican con base en su protección, su estado y su uso, en virtud de lo que establecen la normativa de cada municipio y las leyes autonómicas.
Suelo rústico según su protección
Existe el suelo rural común, que no necesita de ninguna protección especial, y luego está el suelo rural protegido o reservado, respecto al que se han establecido medidas especiales para su protección, como ocurre con los Parques Naturales.
Suelo rústico según su estado
Por regla general, las fincas rústicas no son urbanizables, pero algunas parcelas pueden llegar a ser urbanizables si, según la ordenación municipal, pueden convertirse en suelo urbano tras una recalificación.
Suelo rústico según su uso
Es suelo ordinario si se destina a la producción o a la conservación y de uso extraordinario si cuenta con una autorización excepcional que permite usos diferentes a los previstos en la calificación urbanística del mismo.
¿Es posible construir en suelo rústico?
La Ley de Suelo y Rehabilitación Urbana establece como norma general la prohibición de construir en estos terrenos, aunque hay excepciones.
Si en una parcela de este tipo hay una edificación antigua, se permite su rehabilitación, pero manteniendo su configuración original.
También es posible construir los edificios que son necesarios para llevar a cabo actividades agrícolas, cinegéticas o ganaderas.
Se permite la construcción de ciertas instalaciones como estaciones de suministro o plantas de energía renovable.
Lo que sí está prohibido en todo caso es la explotación inmobiliaria en suelo rural. Por eso, aunque en algunos casos se pueden construir viviendas, no es posible hacer promociones de inmuebles.
Casas para parcelas: las casas prefabricadas móviles
La forma más sencilla de disfrutar de una casa en una parcela es una casa prefabricada móvil. Estas son viviendas que no tienen calificación de inmuebles porque no están ancladas al suelo de manera definitiva y son autosuficientes, de forma que no necesitan estar conectadas a los suministros de agua, energía y residuos.
Este tipo de casas han mejorado notablemente en los últimos años y, si son de calidad, pueden tener una vida útil de entre 50 y 70 años. En función de las maderas utilizadas y si reciben un buen mantenimiento, pueden durar hasta 100 años.
Las ventajas de las casas autosuficientes son muchas, pero un dato importante a tener en cuenta es que cuando están instaladas en parcelas rústicas no pueden convertirse en una vivienda de manera oficial. Es decir, que no es posible empadronarse en las mismas.
Además, si el ayuntamiento detecta que se está llevando a cabo un uso indebido de vivienda en un suelo no autorizado para ello, puede iniciar un procedimiento sancionador. De ahí que este tipo de casas sean más bien una alternativa para disfrutar del tiempo libre.
Si se desea residir de forma permanente en una parcela rústica en una casa prefabricada, es importante revisar muy bien la normativa para ver en qué supuestos esto podría ser posible.
Passivhaus en terrenos rústicos
Las passivhaus son una buena alternativa como casas para parcelas, porque son autosuficientes. Se trata de edificios con un consumo energético casi nulo y que son capaces de mantener una temperatura interior estable durante todo el año, minimizando la necesidad de climatización.
Para lograrlo, estas viviendas se caracterizan por contar con un aislamiento térmico de alta calidad. Las paredes, los suelos y los techos están muy bien aislados para reducir las pérdidas de calor en invierno y las ganancias de calor en verano.
Además, se aboga por la hermeticidad del edificio para evitar las filtraciones de aire y garantizar un flujo de aire controlado, evitando los puentes térmicos.
Sus ventanas cuentan con marcos de gran profundidad y vidrios de bajo emisivo. Así, permiten la entrada de luz natural a la vez que minimizan las pérdidas de calor.
Para la ventilación se utiliza un sistema mecánico que introduce aire fresco a la vez que recupera el calor del extraído, garantizando una buena calidad del aire interior.
Por todas estas características, las casas pasivas se amoldan bien a los terrenos rústicos, pero lo habitual es adaptar el diseño a las condiciones específicas del terreno y del clima.
En cualquier caso, para construir una casa de este tipo en una parcela, es necesario que el suelo esté calificado como urbanizable.
Ventajas de contar con una passivhaus en un terreno rústico
El primero de los beneficios que se puede percibir es que se nota una gran comodidad y bienestar en comparación con otras casas prefabricadas que no siguen los estándares de la arquitectura sostenible. En estos edificios está garantizado un aire limpio y de calidad, a la vez que una temperatura constante, aunque no haya conexión a la red eléctrica convencional.
Otra ventaja es que este tipo de edificios son muy respetuosos con el medio ambiente, porque reducen de forma notable las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a lo que es una vivienda tradicional.
Las tendencias están cambiando y las casas pasivas están consideradas como una inversión a largo plazo debido a que la sociedad cada vez da más valor a edificios que promueven la sostenibilidad y la eficiencia energética.
Las casas para parcelas son un elemento imprescindible para disfrutar de los terrenos rústicos, pero para ser legales es imprescindible que se amolden a lo que establece la normativa. Si tienes una parcela rústica o urbana y estás pensando en una passivhaus, ponte en contacto con nosotros y descubre nuestra colección.