Ahorrar energía en casa es un objetivo de las familias por muchos motivos. El principal es económico: a menos gasto energético, más se reduce la factura de la luz. Pero hay más: los ciudadanos están cada vez más concienciados con la huella ecológica que dejamos en nuestras actividades cotidianas. Por eso, cada día son decenas de miles las personas que buscan consejos para ahorrar energía en casa.
Revisar el grado de hermeticidad de una vivienda, el nivel de aislamiento de las ventanas o el rendimiento de los aparatos de climatización son pasos elementales en ese sentido.
Aparte de esto, son muchos los pequeños hábitos que se pueden realizar en casa y que, con un sencillo gesto, van contribuyendo a ese ahorro deseado. Simplemente siguiendo algunos de ellos se puede comprobar cómo la factura se reduce y, por tanto, el impacto ambiental se minimiza.
¿Qué es el ahorro energético?
Son muchos los consejos que se pueden dar a la hora de tomar cartas en el asunto del ahorro energético. Algunos requieren de revisiones profesionales y pequeñas obras; otros, por el contrario, se solucionan en un segundo y dependen únicamente de la voluntad de los habitantes de la casa.
Aislar la vivienda
Una de las modalidades de aerotermia es la de la instalación de suelo radiante o refrescante. Es un sistema que funciona por inercia térmica y que necesita de unos días hasta conseguir que la vivienda consiga la
El aislamiento de la vivienda es un elemento clave para el ahorro energético. Una casa convenientemente aislada mantiene de manera óptima la temperatura de confort. La consecuencia directa de esto es que se precisará de un menor uso de calefacciones y aires acondicionados.
Realizar un correcto aislamiento no es complejo: requiere de un equipo de trabajo profesional que sepa llevar a cabo una instalación ajustada a las demandas del inmueble y a la situación geográfica donde está ubicada la casa.
Es importante revisar los puentes térmicos, unas zonas de ‘escape’ por las que el frío o el calor exterior e interior fluyen de manera más descontrolada, para evitarlos.
Reemplazar las bombillas
El gesto de desenroscar una bombilla no se alarga más de unos segundos. Sin embargo, las consecuencias positivas para el ahorro energético son totales. Cambiar las bombillas antiguas por luces de tipo Led pueden suponer un ahorro en la factura de la luz bastante importante.
Los expertos del campo de la electricidad fijan el ahorro producido por las bombillas Led de bajo consumo en un 80 % respecto al uso de las bombillas tradicionales de filamento.
Aprovechar la luz natural
Aunque ya se cuente con la instalación de bombillas Led por toda la casa, ¡nada mejor que aprovechar la luz natural! Es la más cómoda para usar y, a la vez, la más económica.
Si se piensa, en muchas ocasiones se encienden las lámparas sin necesidad: se bajan las persianas para ver una película y se enciende un punto de luz. ¿Es un gasto necesario? Lo cierto es que no. Por ello, hay que replantearse el uso de la luz natural, abrir ventanas, subir persianas y disfrutar de lo que día a día ofrece el sol.
Desenchufar aparatos
Desenchufar los aparatos es otro de esos ‘tips’ que poco a poco van restando céntimos a la factura de la luz. Y no basta con apagar la tele cuando solo está sonando de fondo: el problema está en el pilotito rojo que queda permanentemente encendido.
Los aparatos conectados a la luz como minicadenas, televisores, ordenadores, etc. siempre tienen un gasto mínimo y residual. Pero es un gasto mínimo que se puede evitar. Un consejo es utilizar regletas de las que tienen un botón para poder cortar el flujo de luz.
Tomar duchas breves
A todo el mundo le gusta una larga ducha o un baño de los que se sale cuando la piel está arrugada. Pero esto supone un gasto energético que, se puede reconocer, es innecesario. Al usar muchos litros de agua caliente se está forzando al calentador o al termo a trabajar el doble o el triple.
Acorta los tiempos de la ducha. Y en verano se puede probar a hacer duchas frías: son muy agradables y, a la vez, reducen la huella energética.
Apagar las luces
Sencillo, pero muy olvidado en ocasiones. ¿Para qué tener la luz de la cocina encendida si se cena en el salón? ¿Merece la pena mantener las bombillas del pasillo funcionando? El simple hábito de ir apagando luces cuando se sale de las distintas habitaciones es más que suficiente para dar el primer paso hacia el ahorro energético.
Lavar con agua fría
Utilizar las programaciones de agua fría de la lavadora también evitará que el termostato de la casa se ponga a funcionar. De este modo, se anula el gasto energético que requiere una lavadora de agua caliente.
En la mayoría de los casos lavar con agua caliente no es necesario, ya que la ropa hoy en día no se ensucia tanto y los programas fríos de estos electrodomésticos son muy potentes y eficientes.
Bajar la temperatura del calentador
Aunque ya se hecho referencia a esto en el consejo sobre reducir los tiempos de ducha, conviene recordarlo. ¿Cuánto se tiene que abrir la llave del agua caliente en la ducha? En la mayoría de los casos la gente tiene que acabar mezclando agua caliente con fría para no abrasarse.
Esto supone un gasto energético innecesario y desproporcionado. Se puede solucionar de una manera sencilla: ajustado la temperatura del calentador a la baja.
Evita cubrir los radiadores
Los radiadores son una fuente de calor muy eficiente… siempre que no se cubran. Evita poner encima ropa, muebles o taparlos con camas o cualquier otro elemento. Es la única manera de aprovechar su rendimiento al 100 %.
Utiliza apps de consumo
Hoy en día la propia tecnología puede ayudar a la hora de reducir el gasto energético de un hogar. Existen Apps de consumo que ofrecen consejos, llevan el control aproximado del gasto e incluso permiten incluir alertas para iniciar hábitos de ahorro energético.
Usa un termostato regulable
El termostato regulable es también una de las mejores opciones para reducir el gasto de climatización. Puede hacer que la calefacción o el aire acondicionado ‘salten’ cuando llegan a una determinada temperatura, evitando así que estén gastando de manera ininterrumpida aunque se haya alcanzado el máximo confort en la habitación.
Estos son los principales consejos para ahorrar energía en casa y realizar un gasto mucho más responsable con el medio ambiente. Desde el control del grado de hermeticidad de la vivienda hasta un gesto tan sencillo como apagar las luces. Todo suma para lograr el objetivo ecológico y económico