Para tener claro cuál es el mejor aislante térmico para techos hay que conocer bien los materiales que están disponibles y tener en cuenta que su efectividad se puede ver afectada por cuestiones como el clima.
¿Qué es un aislante térmico y cuál es su importancia en los techos?
El aislante térmico es un material que se encarga de reducir la transferencia de calor entre dos espacios.
Dado que el techo es uno de los principales puntos de fuga de la temperatura, el aislante se encarga de evitar que el calor interno generado por el sistema de climatización se escape en invierno y que el calor exterior entre en verano, con el objetivo de mantener una temperatura confortable dentro de los edificios.
El aislamiento de las viviendas siempre es importante, pero el del techo requiere una especial atención. Porque el calor generado por la calefacción tiende a subir, lo que implica el riesgo de que se vaya a través del techo si este no está bien aislado. Por otro lado, durante el verano el sol incide de manera directa sobre el tejado de la casa, de manera que si el techo no está bien aislado, ese calor va a acabar por entrar en la vivienda. De ahí que la falta de un buen aislamiento de techo derive en un mayor consumo de energía y dificulte el objetivo de ahorrar en la factura de la luz.
El aislante térmico ayuda a ahorrar energía y mejora el confort térmico dentro de las viviendas, pero también es importante porque al reducir el consumo de energía reduce el volumen de emisiones de CO₂ a la atmósfera. Además, algunos materiales también ofrecen protección frente a la humedad, lo que evita la aparición de problemas como manchas de condensación o moho.
Dado que la eficiencia energética de las viviendas es cada vez más importante, un inmueble que cuenta con un buen asimiento tiene un mayor valor en el mercado.
¿Cuál es el mejor aislante térmico para techos según el clima?
Todos los materiales aislantes que hay hoy en día en el mercado son de buena calidad, lo que ocurre es que los resultados obtenidos pueden ser mejores o peores en función de la climatología del lugar en el que se encuentra el inmueble.
Clima cálido
En zonas en las que las temperaturas se mantienen suaves durante todo el año lo más habitual es escoger lana mineral o poliestireno expandido (EPS).
La lana mineral, ya sea de roca o de vidrio, es una buena elección en estos casos porque tiene una alta capacidad para reflejar el calor radiante. Esto le permite mantener el interior de la vivienda más fresco durante los meses de verano. Además, es resistente al fuego y a la humedad.
El EPS, por su parte, también tiene la capacidad de reflejar el calor radiante y es todavía más resistente a la humedad que la lana mineral. Una ventaja añadida es que es ligero y fácil de instalar, lo que hace de él una opción bastante económica.
Clima frío
La lana mineral es también una buena opción para las viviendas ubicadas en zonas frías debido a su baja conductividad térmica que evita la evaporación del calor hacia el exterior. Otra alternativa es el poliuretano expandido (PUR), que es uno de los aislantes térmicos más eficientes en climas fríos, porque su conductividad térmica es muy baja y, además, es especialmente resistente frente a la humedad.
Clima húmedo
En las regiones con un clima húmedo no solo se busca aislamiento frente a la temperatura exterior, también es importante evitar problemas como la condensación, el moho y el deterioro de las estructuras por efecto de la humedad.
El poliestireno extruido (XPS) es una buena elección por su extraordinaria resistencia a la humedad y su baja conductividad térmica. Al contar con una estructura de celda cerrada no absorbe agua y resiste sin problemas la exposición a zonas con mucha lluvia.
Otra alternativa viable es la espuma de poliuretano (PUR), que se aplica en forma líquida y se expande para llenar los espacios. Se puede usar tanto en techos como en paredes y suelos y presenta una buena resistencia frente a la humedad.
¿Cómo elegir el mejor aislante térmico para techos?
Cuando llega el momento de tomar una decisión sobre qué aislante térmico utilizar en el techo, hay que tener en cuenta varios factores:
Baja conductividad térmica
La conductividad térmica es la capacidad de un material para transmitir y conducir el calor. Por tanto, cuanto más baja sea esta, más eficiente resulta el aislante.
Alta resistencia térmica
Al contrario que en el caso anterior, la resistencia térmica es mejor que sea lo más alta posible, porque esto significa que el material es capaz de resistir el flujo de calor y, por tanto, es más eficiente.
Densidad
Cuanto más denso es el material, más tarda en calentarse y en enfriarse, de manera que este factor afecta a su capacidad para almacenar calor.
Resistencia a la humedad
Incluso aunque el inmueble esté en un lugar que recibe pocas precipitaciones, hay que dar importancia al espesor e impermeabilidad del material aislante, porque esto ayuda a prevenir condensaciones y la aparición de manchas y de moho.
Comportamiento ante el fuego
La normativa europea clasifica los aislantes de la A a la F en función de su resistencia frente al fuego. Por seguridad, siempre es aconsejable elegir materiales que tengan una buena resistencia frente al fuego y no se conviertan en un alimento para el mismo en caso de incendio.
Queda claro que para determinar cuál es el mejor aislante térmico para techos es importante valorar las características propias del material en sí mismo y también las necesidades de la vivienda en función de cómo sea el clima en su lugar de ubicación. Si lo que quieres es una vivienda con un aislamiento de la máxima calidad y la máxima eficiencia energética, contacta con Ökohaus.
