Edificio saludable: en qué consiste

10/08/2022

El concepto de edificio saludable es cada vez más popular, porque las personas empezamos a ser conscientes de lo importante que es que los espacios en los que vivimos y trabajamos protejan nuestra salud y sean sostenibles desde el punto de vista medioambiental.

¿En qué consiste el edificio saludable?

Le damos esta calificación a aquellas edificaciones que promueven el bienestar físico, mental y social de sus habitantes u ocupantes.
Si el edificio saludable es una casa, sus moradores se van a sentir mucho más relajados en la misma, lo que contribuye a mejorar su salud a todos los niveles. Si se trata de un lugar de trabajo, un ambiente saludable hace que se incremente la productividad.

Principios de la edificación saludable

Veamos cuáles son las características que nos ayudan a identificar a una edificación de este tipo:

Calidad del aire

La calidad del aire es un aspecto fundamental en el bienestar humano. No lo vemos, pero si respiramos un aire demasiado viciado y lleno de contaminantes, nuestra salud se va a resentir con el paso del tiempo.

Para una buena calidad del aire en el interior de los edificios es necesario elegir materiales de construcción y mobiliario hechos a base de compuestos orgánicos volátiles y semivolátiles que sean de bajas emisiones

Calidad del agua

Todos los edificios deben contar con un sistema de abastecimiento de agua que permita a los ocupantes beberla y hacer uso de la misma para su higiene personal.
Es cierto que en España todavía hay zonas en las que el agua que sale del grifo no es de la calidad óptima. En estos casos, habrá que optar por instalar un sistema de depuración que mejore la calidad de este líquido lo máximo posible.

Ventilación

La ventilación es esencial para mejorar el confort a todos los niveles dentro del inmueble, y también para contribuir a mejorar la calidad del aire. Hoy en día ya no es necesario recurrir a abrir las ventanas para conseguir ventilar las estancias.
Los sistemas de aerotermia de las passivhaus permiten un reciclaje constante del aire que hay dentro de los edificios sin necesidad de abrir ventanas. Es un sistema de recirculación del aire que evita los olores y la acumulación de sustancias nocivas como COV y dióxido de carbono.

Confort térmico

El confort térmico influye en la salud a nivel físico y mental. Si una estancia no está bien climatizada, pueden aparecer incluso problemas de concentración.
La clave en este sentido está en diseñar edificios que cuenten con sistemas de climatización de última generación, capaces de adaptarse a las necesidades de los usuarios en cada momento y con el mínimo consumo energético posible.
En lugar de crear espacios muy fríos en verano y muy cálidos en invierno, se debe abogar por temperaturas medias que permitan un buen confort pero sin generar problemas en la salud por el choque térmico producido entre la temperatura interior y la exterior.

Aprovechar la luz natural

Cuando en un edificio se le saca el máximo partido posible a la luz natural, no solo se ahorra en la factura eléctrica, también se consigue que la estancia en el mismo sea mucho más agradable para todos.

La luz natural contribuye a ajustar los biorritmos de seres humanos y animales, y se puede potenciar desde el origen, teniendo muy presente la orientación del edificio, y haciendo ventanas de mayor tamaño.

Como la luz natural puede llegar a no ser suficiente a ciertas horas, o incluso inexistente, también hay que tener la precaución de instalar un sistema de iluminación artificial de calidad y que garantice el bienestar. Objetivo que se puede conseguir gracias a la tecnología LED.

Edificio saludable

Ruido

El ruido causa importantes efectos perniciosos sobre la salud. Puede ser causante de estrés, insomnio, dolores de cabeza, problemas de concentración, etc.

Un edificio saludable debe estar bien aislado. Hay que aislar el edificio en sí mismo, pero también las diferentes estancias que hay dentro del mismo, de forma que el ruido que haya en un lugar no moleste a quienes estén en otra zona.

Confort térmico

El confort térmico influye en la salud a nivel físico y mental. Si una estancia no está bien climatizada, pueden aparecer incluso problemas de concentración.
La clave en este sentido está en diseñar edificios que cuenten con sistemas de climatización de última generación, capaces de adaptarse a las necesidades de los usuarios en cada momento y con el mínimo consumo energético posible.
En lugar de crear espacios muy fríos en verano y muy cálidos en invierno, se debe abogar por temperaturas medias que permitan un buen confort pero sin generar problemas en la salud por el choque térmico producido entre la temperatura interior y la exterior.

La seguridad

Para los expertos, la seguridad del inmueble es un factor diferencial cuando hablamos de edificios saludables de la máxima calidad. Porque es totalmente necesario contar con las mejores medidas de seguridad en caso de siniestros como un incendio y tener elaborados de antemano planes de evacuación que conozcan todos los usuarios del inmueble.

Polvo y plagas

La presencia de suciedad y de insectos, o incluso roedores no es extraña en ciertos edificios, pero hay que intentar erradicarla o limitarla lo máximo posible. La clave para cuidar la salud es reducir la presencia de polvo y posibles plagas, pero sin abusar de productos químicos y tóxicos.

Humedad

La acumulación de humedad da lugar a la aparición del temido moho, un gran enemigo para la salud. A fin de evitar su aparición, durante el proceso de construcción de los edificios hay que usar materiales aislantes de la mejor calidad.

Si la humedad hace acto de presencia, es aconsejable tomar medidas frente a ella lo antes posible.

¿Cómo prevenir el síndrome del edificio enfermo?

Bajo esta denominación se encuadran una serie de patologías y sintomatologías que se han originado o estimuladas por la presencia de contaminación y humedad en los espacios cerrados.

Para evitarlo es aconsejable adoptar las siguientes medidas:

  • Garantizar la recirculación del aire dentro del edificio, contando con una buena ventilación.
  • Hacer una limpieza a fondo sin productos tóxicos.
  • Mantener la humedad relativa entre un 30 % y un 50 %.
  • Utilizar una iluminación adecuada.
  • Tratar las humedades.
  • Rebajar el nivel de ruido ambiental.
  • Ajustar la climatización y asegurarse de que los aparatos están limpios y tiene el mantenimiento al día.

El edificio saludable es mucho más que una tendencia en el mundo de la arquitectura, es un gran paso hacia la construcción de espacios más sanos en los que vivir y trabajar. ¿Te interesa trabajar en este sector? Ponte en contacto con nosotros y súmate a nuestro proyecto.

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