En Europa, los edificios consumen hasta un 40 % del total de la energía. En un momento en el que la sostenibilidad es más importante que nunca, está claro que esto es algo que hay que intentar cambiar. De ahí que desde hace unos años los edificios de consumo casi nulo o EECN se hayan convertido en una tendencia.
Dinamarca fue el país pionero en intentar mejorar el consumo energético de los edificios y, hoy en día, es todo un referente. Sus sistemas de redes de climatización de distrito y sus sistemas avanzados de envolventes de los edificios han marcado el paso a seguir para dar lugar a edificios con un consumo energético mucho menor del que antes era habitual.
Qué es un edificio de consumo de energía casi nulo
Son justo lo que nos indica su nombre, edificaciones cuya principal característica es que su gasto energético (medido en términos anuales) es muy muy bajo, casi nulo, sin que esto suponga una pérdida de confort o de calidad de vida para sus habitantes o usuarios. En estos edificios no es solo que la cantidad de energía consumida en calefacción, refrigeración, iluminación y otros servicios sea baja, es que, además, se compensa el consumo con fuentes de energía renovable u otras técnicas de compensación energética.
El concepto de edificios de consumo casi nulo surgió de la necesidad de buscar soluciones para abordar los desafíos del cambio climático y reducir el consumo de energía en el sector de la construcción.
Durante la crisis energética de la década de 1970 se tomó conciencia de que la dependencia de los combustibles fósiles no era algo positivo. A partir de ese momento, empezó a crecer el interés en mejorar la eficiencia energética de los edificios.
Entre 1980 y 1990 varios países empezaron a desarrollar su propia normativa sobre estándares para mejorar la eficiencia energética de los edificios. Por ejemplo, endureciendo los requisitos en cuanto a aislamiento térmico o rendimiento energético.
En Europa, la Unión Europea asumió el compromiso de mejorar la sostenibilidad a principios de los 2000. Desde entonces se han dictado varias normas que se refieren a la eficiencia energética de los edificios. Como resultado, con el paso de los años, los estándares de consumo energético en los edificios europeos son cada vez más exigentes.
Características de un edificio con consumo de energía casi nulo
Para conseguir que el consumo energético de un edificio sea tan bajo que llegue a ser casi nulo, hay que hacer una serie de ajustes en el diseño y en la construcción. Lo que se obtiene a cambio son edificaciones que cumplen con las siguientes características:
Alta eficiencia energética
Estos edificios son diseñados con una envolvente altamente eficiente. Lo que consigue que la pérdida de calor en invierno sea mínima, y que la entrada de calor en el edificio durante el verano también sea la menor posible.
Esto se logra utilizando aislamientos de alta calidad, con ventanas de alta eficiencia, y sistemas de ventilación y climatización de última generación. De ahí que existan ayudas para proyectos de ahorro y eficiencia energética, porque con unos pequeños ajustes se puede hacer mucho para rebajar el consumo energético de un edificio.
Utilización de energías renovables
La presencia de sistemas de energías renovables es algo muy común en los edificios de consumo casi nulo.
El empleo de paneles solares fotovoltaicos para generar electricidad y de sistemas de energía solar térmica para disfrutar de agua caliente sanitaria, es algo totalmente normal en los EECN. Al igual que el uso de sistemas de climatización basados en la geotermia.
Monitorización y gestión energética
Los edificios más avanzados incluyen sistemas de monitorización que permiten a los usuarios gestionar de una forma más eficiente su consumo de energía. A través de ellos pueden ver en tiempo real cuánto y cómo están consumiendo, y tomar decisiones informadas que ayuden a rebajar el gasto energético.
Ventilación controlada
La ventilación es esencial para mantener la calidad del aire en el interior de los edificios, pero supone una pérdida de eficiencia energética. Porque al abrir las ventanas penetra el frío en invierno y el calor en verano.
Para evitar este problema, los edificios de consumo casi nulo incorporan sistemas de ventilación mecánica controlada, que renuevan el aire sin necesidad de que las ventanas estén abiertas. Esto contribuye a crear un ambiente saludable dentro de la edificación, a la vez que se reducen las pérdidas de calor.
Aislamiento térmico
Estas edificaciones incorporan materiales aislantes de la más alta calidad en techos, paredes y suelos. Lo que se pretende con ello es minimizar la pérdida de calor y, en consecuencia, reducir la necesidad de utilizar los sistemas de climatización.
Diseño bioclimático
Desde las primeras fases de diseño se intenta que el edificio se adapte al entorno. Es decir, que aproveche al máximo la luz y la energía naturales para reducir su demanda de energía artificial.
Normativa de edificios de consumo casi nulo
Tanto a nivel europeo como a nivel nacional, se han dictado diferentes normas en las últimas décadas. El frecuente cambio normativo en esta materia se debe a que es algo relativamente novedoso y eso hace necesario que la legislación se vaya adaptando a los avances que van surgiendo en el campo de la construcción sostenible.
En la actualidad, hay que tener especialmente en cuenta la Directiva 2010/31/UE, que es la que se encarga de regular los edificios de consumo casi nulo. Define las características de estas construcciones, y es de aplicación a los edificios cuya licencia de obras se haya obtenido a partir del 27 de junio de 2020.
A nivel nacional, la legislación española sobre los EECN se basa en el Código Técnico de la Edificación de 2019. Aplicable a todas las obras de nueva construcción y de reforma que se lleven a cabo a partir del 28 de junio de 2020.
Los edificios de consumo casi nulo mejoran nuestra calidad de vida y también cuidan del entorno, de ahí que sean la opción más viable en el momento actual. Si te interesa este tema, te invitamos a conocer mejor nuestras casas pasivas.
