Hablar de Julia Morgan como arquitecta es hablar de una mujer que hizo historia en el campo del diseño de edificios, y que ha servido como inspiración para muchas de las profesionales que llegaron después. También lo es para las arquitectas de la actualidad, a las que les gusta comprobar que otras ante que ellas han enfrentado importantes retos laborales y lo hicieron con gran éxito.
¿Quién fue Julia Morgan?
Nacida en San Francisco (Estados Unidos) en 1872, en el seno de una familia pudiente y de ideas progresistas, Julia Morgan fue una de las primeras mujeres en licenciarse como ingeniera civil en la universidad de Berkeley, en 1894.
La joven californiana era la única mujer en su clase y, tras lograr licenciarse, puso rumbo a París para matricularse en la escuela de bellas artes y estudiar la carrera de arquitectura, que en aquellos momentos no se impartía en las universidades estadounidenses.
Julia fue rechazada hasta en tres ocasiones, tanto por ser extranjera como por ser mujer. Pero ella no desistió y siguió intentándolo, hasta que logró matricularse. Así, en 1902 se convirtió en la primera mujer del mundo que podía decir con un título en la mano que era arquitecta.
Tras finalizar sus estudios en París, regresó a Estados Unidos, donde desarrolló la mayor parte de su carrera, aunque tuvo que esperar hasta 1904 para poder obtener una licencia para ejercer como arquitecta en California por su cuenta y crear su propio estudio.
50 años de carrera dan para mucho
Julia Morgan fue una arquitecta que se convirtió en todo un fenómeno. A pesar de lo extraño que era a principios del siglo XX que una mujer ejerciera la arquitectura, fue labrándose poco a poco una gran reputación gracias a su buen desempeño profesional.
Se ganó el sobrenombre de «The Client’s Architect”, porque su máxima prioridad era diseñar viviendas que se ajustaran todo lo posible a las necesidades de cada cliente. Ejerció la profesión durante cinco décadas, en las que diseñó algo más de 700 edificios, algunos especialmente emblemáticos.
Muy ligada al movimiento feminista, diseñó para él más de 100 edificios que albergaban a las mujeres que luchaban por el reconocimiento de sus derechos. Uno de los primeros encargos que hizo para las organizaciones de mujeres fue el campanario del Mills College en Oakland, en 1903.
Este campanario logró resistir el devastador terremoto que sufrió San Francisco en 1906, lo que contribuyó a que Morgan fuera elegida para llevar a cabo la reconstrucción del Hotel Fairmont, que acabó convirtiéndose en su primer proyecto de envergadura. Para cuando llegó el primer aniversario del terremoto, el hotel estaba abriendo de nuevo sus puertas.
Con el tiempo, Julia Morgan se fue especializando en casas de artes y oficios. Diseñó clubes femeninos, escuelas, universidades y también residencias particulares. En 1912, diseñó la primera sede de la asociación feminista YWCA en Oakland, y ese fue el comienzo de una larga colaboración.
A lo largo de su carrera llegó a proyectar hasta 28 edificios para la YWCA en California, Utah y Hawái. Y también participó en el diseño de casas dentro de las bases militares repartidas a lo largo del territorio de Estados Unidos.
El Castillo Hearst
De todos los edificios en los que se puede apreciar la mano y el ingenio de Julia Morgan como arquitecta, el Castillo Hearst es uno de los más significativos.
William Randolph Hearst, magnate de la prensa, contrató a Morgan en 1910 para diseñar su residencia de Sausalito, que nunca llegó a construirse. En 1915, Hearts volvió a confiar en ella para diseñar la sede de su periódico, Los Angeles Herald-Examiner. El resultado fue tan bueno que Hearst le encomendó a la arquitecta diseñar el edificio principal y las zonas de invitados de su mansión: el castillo Hearst.
El proyecto llevó un total de 28 años, durante los cuales Julia Morgan estuvo implicada en todos los aspectos de la construcción y la decoración. Más allá el edificio principal, la piscina, los jardines, los refugios para animales, e incluso las residencias de los empleados, son obra de la primera arquitecta titulada.
La colaboración entre el magnate y la arquitecta se prolongó durante muchos años en diferentes edificios. En 1947, Hearst estaba enfermo y dejó para siempre el castillo, esto provocó que el trabajo de Julia quedara finalmente incompleto.
Ella todavía trabajó unos años más. Se retiró en 1951 a los 79 años, después de una intensa vida profesional. Murió seis años después, el 2 de febrero de 1957.
El legado de Julia Morgan arquitecta
El papel de las mujeres en la arquitectura es mucho más importante de lo que se solía pensar. Pioneras como Julia Morgan se atrevieron a desafiar a las convenciones sociales y demostraron que las mujeres estaban tan capacitadas como los hombres a la hora de diseñar edificios.
En el caso de esta arquitecta, ella logró convertirse en un símbolo de lo que sería la nueva mujer del siglo XX. Con un alto nivel educativo, independiente y exitosa en una profesión que en aquel momento estaba dominada por los hombres.
Ella misma decía que sus edificios serían su mejor legado, y el tiempo ha demostrado que tenía toda la razón. En su momento, su trabajo no tuvo un reconocimiento público oficial (aunque sí fue una profesional muy valorada), pero en 2014 recibió a título póstumo la medalla de oro de la AIA (Instituto Americano de Arquitectos), convirtiéndose en la primera mujer en recibir tal distinción.
Julia Morgan fue una arquitecta que tenía un talento y unas ganas de trabajar que le hicieron sobreponerse a todas las dificultades. Un ejemplo de profesionalidad para las mujeres que trabajan en el campo de la arquitectura. Si ves en ella una fuente de inspiración, contacta con nosotros y podrías convertirte en un miembro más de nuestro equipo.
