Las formas de construir siempre están en continua evolución, y de unos años a esta parte lo que se busca es la máxima sostenibilidad posible. De ahí que las soluciones de arquitectura bioclimática se hayan popularizado tanto y cada vez sean más demandadas.
Gracias a ellas podemos conseguir edificios mucho más preparados para soportar los impactos ambientales con un menor consumo de energía. Veámoslo con más detalle.
¿Qué es la arquitectura bioclimática?
Es una disciplina que se centra en el diseño de edificios (para uso público o privado), pero teniendo especialmente en cuenta las condiciones climáticas del lugar de construcción y aprovechando los recursos disponibles (sol, lluvia, viento…) con el fin de disminuir el impacto ambiental y reducir el consumo de energía.
Lo que busca es una construcción que sea lo más ecológica posible y, a la vez, garantice un buen confort térmico para quienes van a usar los edificios. La consecuencia es que nos encontramos con edificios mucho más eficientes desde el punto de vista energético.
Principios de la arquitectura bioclimática
Para mejorar la eficiencia energética de la vivienda desde el principio, este tipo de arquitectura debe tener en cuenta una serie de cuestiones.
Aprovechar las condiciones del suelo
El suelo produce un efecto climático que en el caso de España todavía no es muy utilizado, aunque sí se hace en otros lugares de Europa.
El suelo ayuda a regular la temperatura. En zonas muy frías, el semienterramiento de edificios o de una parte de su fachada puede contribuir de forma natural a la acumulación de calor, haciendo que la temperatura interior sea mucho más agradable, disminuyendo así la necesidad de recurrir a la calefacción.
Otra posibilidad es recurrir a los pozos canadienses para aprovechar la energía del subsuelo o geotermia. Para ello se instalan conductos de poca profundidad que consiguen llevar el aire del interior hacia el edificio, haciendo subir la temperatura.
Sacar partido a la orientación de la vivienda
Para conseguir una passive house hay que aprovechar todos los elementos naturales posibles, y nada mejor que sacarle partido a la luz del sol.
Lo que hacen las soluciones de arquitectura bioclimática es tener muy presente la orientación de las viviendas para optimizar la temperatura dentro de ellas. Mientras que en zonas muy frías se buscan orientaciones que garanticen que el edificio recibirá el máximo número posible de horas de sol cada día, en lugares en los que las temperaturas son muy cálidas se busca una orientación más hacia el norte para disipar el calor.
Aquí también entra el juego la utilización de sistemas que pueden ayudar a regular la entrada de luz, como las persianas, los toldos, e incluso la vegetación natural que rodea a los edificios y que también contribuye a aislarlos de la climatología exterior.
Aplicar un buen aislamiento
En muchos casos la falta de confort térmico en los edificios se debe a que no hay un buen aislamiento o a que los materiales empleados para ello no son los más adecuados en ese caso concreto. La arquitectura bioclimática se orienta hacia el uso de materiales de aislamiento térmico y acústico que sean sostenibles y respetuosos con el medio ambiente.
De nuevo, es importante tener muy presente la climatología del lugar en el que se va a construir el edificio para poder elegir los materiales más adecuados para el aislamiento.
Uso de energías renovables
Por muy bien aislado y muy bien orientado que esté un edificio, este siempre va a necesitar energía eléctrica y un sistema de climatización. En el caso de la arquitectura bioclimática uno de sus principios básicos es el uso de energías renovables.
La energía solar (ya sea térmica o fotovoltaica) se utiliza para aportar luz y calor a la casa, y se consigue mediante la instalación de paneles o hasta cubiertas solares. No obstante, para la climatización también se pueden usar otras soluciones como la aerotermia o la geotermia.
Sistemas de ventilación mecánica
Uno de los elementos relacionados con el confort en un edificio es la calidad del aire. En lugar de recurrir a los sistemas tradicionales de tiro térmico con control de caudal, en estos casos se aboga por la ventilación mecánica controlada.
Esto da lugar a una renovación del aire que mejora los niveles de salubridad y, a la vez, consigue un óptimo confort térmico. Siempre y cuando se hayan respetado el resto de principios que hemos visto hasta ahora.
Soluciones de la arquitectura bioclimática
Para llevar a cabo una construcción de este tipo se suele partir de guías prácticas que analizan soluciones constructivas bioclimáticas y su aplicación con respecto a la arquitectura contemporánea.
Ya existen diferentes obras que recogen las soluciones constructivas sustentables y que permiten a los arquitectos tomar decisiones sobre cómo diseñar los edificios y qué materiales usar en cada caso concreto para conseguir la máxima sostenibilidad y eficiencia energética.
Una de las soluciones más empleadas es la geotermia, a la que hemos hecho referencia antes con el sistema de pozos canadienses. Pero también está el muro de inercia, que es capaz de almacenar una gran cantidad de calor dándole un mayor grosor a las paredes exteriores.
En el caso de la vivienda bioclimática, otra solución de uso habitual es la cubierta captadora. Una cubierta a dos aguas que permite sacarle el máximo partido posible a la luz solar para mantener una temperatura más confortable dentro del edificio.
Los aleros y soportales, que tan habituales han sido siempre para regular la transición del exterior al interior, aumentan ahora sus dimensiones para proteger la vivienda frente a las radiaciones solares y hacerla más eficiente.
Y, por supuesto, están las conocidas cubiertas verdes y las paredes vegetales que, además de quedar muy estéticas, contribuyen a aislar el edificio de forma natural y garantizan una buena temperatura tanto en invierno como en verano.
Las soluciones de arquitectura bioclimática buscan conseguir edificios que se adapten lo máximo posible al entorno en el que se encuentran. Para que tengan un alto nivel de autosuficiencia y para poder mejorar todo lo posible su eficiencia energética. Es una forma de diseñar edificios que es necesaria hoy en día, pero que seguirá ganando importancia de cara al futuro.