En un mundo en el que el agua potable es un recurso cada vez más escaso y en el que cada vez dependemos más de nuestra propia eficiencia energética, las casas pasivas son un estándar de construcción cada vez más aceptado y demandado por los propietarios.
Estas casas, que buscan el aprovechamiento óptimo de los recursos naturales, no solo suponen un ahorro económico en servicios como el agua o la luz, sino que también tienen un menor impacto medioambiental. Esto nos puede hacer pensar que la simple idea de instalar unas piscinas internas en una casa pasiva sería contradictoria. Sin embargo, existen sistemas de baño adaptados a un estilo de vida sostenible, como las piscinas ecológicas sin cloro.
El cloro: un producto químico peligroso
La piscina de una vivienda privada de 40 metros cúbicos puede llegar a gastar unos 20 000 litros de agua anuales. Pero a esto tenemos que añadir que para que el agua pueda mantenerse en perfectas condiciones, necesitamos un sistema de filtrado y desinfección que también supone el gasto en electricidad y productos químicos, especialmente en cloro.
Aunque es eficaz para eliminar bacterias y mantener el agua limpia, el cloro tiene efectos secundarios bastante graves que a menudo no tenemos en cuenta:
- Efectos sobre la salud: el cloro puede causar irritación en la piel, ojos y vías respiratorias, especialmente en personas con piel sensible o afecciones respiratorias.
- Impacto ambiental: las cloraminas son dañinas para el medio ambiente si no se gestionan adecuadamente, afectando el ecosistema acuático si el agua tratada se descarga incorrectamente.
- Degradación de materiales: el cloro puede corroer y degradar los materiales de la piscina, como los revestimientos, las juntas y los equipos metálicos, lo que requiere un mayor mantenimiento.
- Riesgo de formación de subproductos tóxicos: en presencia de materia orgánica, el cloro puede formar compuestos tóxicos como los trihalometanos (THM), que son perjudiciales para la salud cuando se inhalan o ingieren.
Piscinas internas en una casa pasiva: ¿cuál es la mejor alternativa?
Debido a las consecuencias negativas del uso de cloro en las piscinas, cada vez aparecen más sistemas que intentan encontrar una forma alternativa de filtrado y desinfección. Pero quizá el que más en consonancia esté con la idea de una casa pasiva sean las biopiscinas.
Estas piscinas se conciben como una forma de mantener la salubridad del agua de la misma manera que lo hace la propia naturaleza. Para ello, se utilizan elementos como grava y determinados tipos de plantas que, colocados de forma estratégica, producen un filtrado natural. Esto, unido a un sistema que produce el movimiento continuo del agua, previene que tanto elementos patógenos como larvas o insectos puedan desarrollarse en la zona de baño.
Las encargadas de la depuración en estas piscinas son las propias plantas que habitan en ellas, por lo que la elección de las plantas a usar es muy importante. No todas las plantas tienen la misma capacidad de oxigenación y regeneración del agua, ni tampoco todas se adaptan al clima de la misma forma.
Por eso, dependiendo de la zona de instalación de la casa pasiva, una piscina ecológica necesitará la plantación de nenúfares, papiros, lirios… de la misma forma que ocurriría en un jardín.
Mitos y verdades sobre las biopiscinas
Aunque se trata de un sistema muy beneficioso tanto para las personas como para el medio ambiente. Aún son muchas las dudas que ofrecen y que vamos a intentar solucionar:
¿Las biopiscinas exigen mantenimiento?
Todas las piscinas necesitan su mantenimiento. Pero el de las biopiscinas es un tipo de mantenimiento totalmente diferente. En vez de requerir tareas peligrosas como el manipulado de productos químicos, requieren una tarea más similar a la jardinería. La poda y el cuidado de las plantas y la limpieza de los fondos, son tareas que además de no entrañar ninguna clase de riesgo, son mucho más agradables y habituales en nuestro jardín.
¿Se puede reutilizar el agua de las piscinas ecológicas sin cloro?
Las biopiscinas funcionan mediante el continuo movimiento y la depuración natural del agua, por lo que esta no lleva añadidos productos químicos perjudiciales para la salud. Regar pequeñas extensiones de terreno sería posible siempre que no perdamos agua en cantidad, ya que el sistema de depuración de la piscina depende mucho de que su nivel de agua se mantenga estable.
¿Las piscinas ecológicas sirven para reutilizar las aguas grises?
Conocemos como aguas grises a las aguas residuales domésticas que provienen de actividades como lavar platos, ducharse, o lavar ropa. Aunque no se trata de aguas tan difíciles de depurar como las aguas fecales, no están libres de patógenos.
Para que el sistema de filtrado y regeneración de agua de una piscina ecológica pudiera filtrar estas aguas reutilizadas, el sistema de filtrado tendría que ser mucho más grande que la propia piscina. Por tanto, merece más la pena tener un aljibe de depuración de aguas grises (que no permita el baño) además de una biopiscina.
¿Se puede llenar una biopiscina con agua de lluvia?
En este caso, ocurre algo similar a la situación de las aguas grises. El sistema de filtrado natural de una biopiscina tiene una capacidad limitada para regenerar el agua. Pero además, las épocas en que más agua de lluvia se puede llegar a almacenar en una casa pasiva suelen coincidir con los momentos en que menos agua necesitamos en nuestra piscina, ya que las propias lluvias la habrán llenado.
Cuando nos planteamos la inversión en una vivienda bioclimática, ya sea por razones de sostenibilidad, ahorro o buscando una vida libre de materiales tóxicos, una piscina bioclimática es la mejor opción. Las piscinas internas en una casa pasiva no solo ofrecen un espacio de baño sin químicos, sino que se convierten en una forma de integrar la naturaleza en nuestro día a día.
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