Las paredes de los edificios, y también las interiores, se tienen que recubrir con los diferentes tipos de revestimientos, ya que eso es lo que las protege de las inclemencias del tiempo, de los golpes, etc., a la vez que hace que el frío y el calor se queden fuera. El revestimiento ecológico ha surgido con el fin de ayudarnos con esta labor, pero de una manera más sostenible.
Durante siglos se han empleado materiales que ahora consideramos ecológicos como el barro, la cal, pinturas naturales o incluso el metal, pero en los últimos años se han sustituido por otros recubrimientos que no siempre son los mejores para nuestra salud.
Qué es el revestimiento ecológico
Se dice que un revestimiento es ecológico cuando es natural y se aprovechan materiales que son abundantes y locales, por lo que el coste de fabricación es bajo y apenas se contamina con el transporte.
Ahora se emplean mucho en las soluciones de arquitectura bioclimática, aunque bien es cierto que no siempre tienen por qué ser de la zona, ya que se prima su eficacia a la hora de aislar las viviendas del exterior.
Otro modo de definirlo sería como materiales que no perjudican la salud de las personas y que se pueden reciclar sin problemas al fin de su vida útil, bien porque sean reciclables o porque sea posible incorporarlos al medio sin que contaminen.
En muchos casos, estos revestimientos son más eficaces que los artificiales, y por norma general son más económicos que otras soluciones más tecnológicas, que pueden perjudicar nuestra salud a la larga.
La importancia de los materiales ecológicos en los revestimientos
La Organización Mundial de la Salud cree que alrededor del 20 % de las personas que vivimos en el mundo occidental lo hacemos en “edificios enfermos”, en casas que están perjudicando a nuestra salud.
De hecho, se culpa a estas viviendas de la aparición de alergias o de enfermedades raras, que aún no se conocen bien, como la intolerancia a las sustancias químicas, que cada vez padecen más personas.
Parece que la aparición de estos problemas se debe al empleo de materiales como el poliestireno o las pinturas plásticas, que impiden que la casa “respire” al aislarla completamente del exterior, sin que pueda haber ningún tipo de intercambio.
Por eso es tan importante emplear materiales ecológicos en los revestimientos, pues debemos vivir en un edificio saludable (aquí tenemos más información sobre este tipo de viviendas edificio saludable: en qué consiste), pues es terrible que el que tiene que ser nuestro hogar termine provocándonos enfermedades
5 ejemplos de materiales ecológicos para fachadas
Hay muchos materiales ecológicos para las fachadas, tanto tradicionales como más innovadores, por lo que vamos a ver los cinco que más se usan o que más llaman la atención.
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Plantas o vegetales
Aunque se emplean más en los tejados, lo cierto es que uno de los materiales ecológicos para las fachadas son las plantas. No vamos a encontrar un recubrimiento más sano y natural en el mercado, y, además, ofrece muchas ventajas para los habitantes de la vivienda.
Además de tener un trozo de naturaleza incrustado en la fachada, estos jardines verticales aíslan de los rayos del sol y hacen lo mismo con los ruidos y las temperaturas.
Se suelen colocar en algunos fragmentos de las fachadas, combinándose con otros materiales ecológicos como la madera.
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Piedra natural
Este es un revestimiento de lo más tradicional, que se empleaba en aquellos lugares en los que abundaba este material. Quizá no es lo mejor en zonas húmedas, pero sí en sitios cálidos, ya que da frescor a la casa, además de una estética inigualable, y nos aísla también del frío.
Aporta una gran seguridad de cara a los incendios, pues como todos sabemos la piedra no arde.
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Fachada ventilada fotovoltaica
Las fachadas ventiladas no entrarían dentro de esta categoría debido a los materiales que usan, que son poco ecológicos y además artificiales.
Sin embargo, hay una que sí que podemos nombrar aquí y es la fotovoltaica, la que utiliza como capa final y más exterior, placas fotovoltaicas, “forrando” la vivienda de ellas y haciéndola autosuficiente.
No es la mejor ubicación para las placas, pero esto se suple con todas las que se colocan, que además actúan como barrera frente a las altas temperaturas, el frío y la humedad.
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Azulejos
Muy comunes en la zona mediterránea, los azulejos aportan una estética inigualable a las fachadas, puesto que hay diseños para todos los gustos.
Son resistentes hasta el extremo, por lo que el cerramiento va a durar mucho tiempo, más cuando sabemos que si uno se rompe se puede cambiar de una manera muy sencilla.
Por supuesto, impiden que la humedad entre, ya que el agua se escurre por ellos, y otorgan a la casa un gran aislamiento térmico con un mantenimiento mínimo, pues se pueden lavar con una máquina de agua a presión.
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Vidrio reciclado
El vidrio es un material que no se suele ver más que en las fachadas de grandes edificios, en forma de cristales enormes que aportan una gran luminosidad, pero que tienen un mantenimiento al alcance de pocos bolsillos.
Aquí no se trata de crear grandes ventanales, sino de emplear el vidrio en la capa exterior formando una cámara de aire, aislando así la vivienda de las inclemencias del tiempo, a la vez que se protege la fachada principal.
Es un material resistente, de manera que alarga la vida de la fachada y la defiende contra todo, a la vez que le damos una segunda oportunidad a algo que de otro modo podría haber terminado en la basura.
Ahora mismo el revestimiento ecológico es accesible a todo el mundo, pues los hay de varios tipos. Son muy distintos entre sí, por lo que se puede elegir el mejor atendiendo al clima y al ser tan diferentes es más fácil decantarse por aquel cuya estética nos guste más o se integre con el entorno.